Seguramente habrás escuchado o dicho las frases “quien da, recibe” o “quien siembra vientos recoge tempestades”. Son frases que relacionan nuestra forma de actuar con lo que vamos a recibir en el futuro. Son frases sabias que tienen su origen en la ley del karma. Vamos a explicar sus principios.
La ley del karma (o ley de causa – efecto, o de acción – reacción) es una ley universal poderosa y que se basa en la idea que nuestro destino es responsabilidad únicamente nuestro ya que se basa en nuestras acciones y pensamientos. De esta manera, si hacemos daño a los demás, recibiremos daño en la misma intensidad y si nuestras acciones y pensamientos están repletos de amor hacia nosotros y hacia los demás, este amor que hemos dado nos retornará.
PENSAMIENTOS Y ACCIONES
Fijaros que hablamos de acciones pero también de pensamientos, que es otra forma de energía. Por lo tanto, de la misma manera, si tenemos pensamientos negativos recibiremos negatividad y si tenemos pensamientos positivos, recibiremos cosas positivas. Muchas veces nos pasa que si estamos convencidos que no vamos a superar una situación, no la superaremos pero si nos autoconvencemos que somos capaces, lo conseguimos.
CICLO DE REENCARNACIONES
La ley del karma no se enmarca estrictamente en las acciones y pensamientos que tenemos en esta vida sino que se engloba dentro del ciclo de reencarnaciones. Somos nosotros quienes, antes de nuestros nacimientos, decidimos qué vida tendremos en función de los aspectos que queremos trabajar de nuestra espiritualidad.
Al nacer, perdemos este conocimiento previo sobre nuestra misión original y intentamos consciente o inconscientemente, asumir las consecuencias (buenas o malas) de nuestras vidas pasadas. Y a la vez, con nuestras acciones en esta vida condicionaremos nuestras vidas futuras.
SALDAR EL KARMA
Nuestro objetivo en esta vida es suprimir el karma negativo de manera que quedemos en paz con el Universo. Debemos saldar nuestras deudas kármicas y por eso debemos de estar atentos a las lecciones que nos da el Universo en la vida actual donde vivimos. Si nos fijamos en como somos, como vivimos, como nos relacionamos con la naturaleza, las personas que nos rodean, el mundo, qué problemas nos surgen… seremos capaces de analizar lo que debemos potenciar y mejorar y el camino que debemos seguir. Aprenderemos la lección que nos da el Universo y evolucionaremos.
Debemos eliminar el karma negativo y para hacerlo, hay tres formas:
– Crear karma positivo cargando de amor y armonía nuestras acciones y pensamientos del día a día.
– Transformar el karma negativo que tenemos acumulado en positivo mejorando situaciones concretas donde no actuamos o pensamos de la forma correcta. Este punto requiere una presencia y un autoconocimiento constante, analizar en qué situaciones perdemos los nervios, nos enfadamos, tenemos miedo, somos egoístas… y actuar en conciencia para que en la próxima vez que nos ocurra, reaccionemos de una forma más armoniosa y espiritual.
– Liberar el karma negativo. Este es el método más complicado ya que requiere la práctica de la meditación, una conciencia pura y la unión con el Universo para que lo limpie.
2 ASPECTOS ROMPEDORES
Esta perspectiva es radical en dos aspectos básicos:
– Desvincula nuestros problemas o situaciones favorables de factores externos y centra la atención en nuestra acción y pensamientos. La plenitud de vida y el sufrimiento están bajo la responsabilidad de cada uno.
– Abre la perspectiva más allá de nuestra vida actual y la engloba en el ciclo de reencarnaciones. Así pues, entendemos lo que nos pasa, no sólo en función de esta vida, sino también en función de nuestras vidas pasadas.
En conclusión y a efectos prácticos, la ley del karma nos dice que debemos, por una parte, aprovechar las calidades innatas que hemos adquirido en vidas anteriores y por otra parte, descubrir los problemas que vienen de nuestras vidas pasadas. A partir de aquí, debemos trabajar de forma consciente y superarlos en esta vida a través del amor incondicional. Este es el paso para evolucionar vida tras vida.
Albert Torrent
Equipo Me Siento