Vas a comenzar un viaje apasionante. Irás a un lugar dentro de ti mismo, un lugar sin tiempo y sin espacio, donde habita el que sabe, el sanador, el artista creativo. ¿Que tendrás en tu mochila de viajero? Varias músicas grabadas, un pequeño reproductor, lápices, rotuladores, un bloc de papel blanco y, lo más importante: la imaginación.
La imaginación es el recurso más valioso con el que contamos para llegar a nuestro verdadero Ser, con la ayuda de otra herramienta: la atención. Ejercitando la imaginación guiada, aumentarás el poder de percibir no sólo con nuestros cinco sentidos, sino con todo nuestro ser.
PREPARACIÓN PREVIA
Busca un lugar donde te sientas cómodo, relajado, donde nada ni nadie te moleste. Sentado y con los ojos cerrados, respira varias veces lenta y profundamente. Con la atención en tu respiración, imagina que ésta toca tu corazón y que éste se transforma en una bella flor abriéndose. ¿Que sensaciones aparecen? belleza, calma, tristeza, rabia, amor, paz… Obsérvalas desapasionadamente y deja que se expandan con la respiración por todo el cuerpo. Una a una, dales una imagen y al exhalar, déjalas ir, fuera de tu cuerpo. Si lo haces desde una actitud de no juicio, lentamente entrarás en el lugar sagrado, el lugar del “vacío fértil”. No hay equivocación. Sabrás que estás allí. Es una forma diferente de percibir, difícil de explicar, en medio de una infinita paz, en conexión con el Todo, con el Ser Universal.
Puedes sencillamente, ir aquí y allá con tu pequeña mochila. Puedes también contar con más herramientas y establecer un modelo de trabajo:
Elige un lugar, un espacio físico, pon en él objetos significativos. Establece un momento al día, 30, 60 minutos… tu regalo diario. Ten a mano un cuaderno para escribir tus impresiones del viaje. Elige el medio de expresión que te sea más querido. Todos son válidos. En la experimentación, abierto como estarás, usa más de uno. Ahora toca “cargar” a los objetos, al cuarto, todo cuanto haya en él, usando tus sentidos con cada cosa, “respirándolos”, cerrando y abriendo los ojos, yendo de fuera a adentro, conectándolos con las sensaciones que te evocan. Así, te darás cuenta que la percepción ha cambiado, es más completa, más consciente.
ESCRIBIR
Deja que las palabras fluyan como el agua de un río. No les pongas juicio, ni barreras, ni censuras, ni reglas gramaticales. Escribe ideas, imágenes, personajes, sensaciones, emociones… no deseches nada. No te preocupes si lo escrito tiene sentido.
Puedes parar, respirar, cerrar los ojos, leer todo. Ver si una palabra se repite, si está cargada, si está escondida, si te viene una idea en forma de imagen y la pones en palabra, jugando con ella. Quizás captes el color del texto o su música o una sensación prevalente. Quizás sea el comienzo de un poema, un jaiku, un nuevo “darse cuenta”. Como en un tablero de ajedrez, las posibilidades son infinitas…
MOVIMIENTO
Si la danza es nuestra forma de expresión, ten al alcance músicas variadas que expresen diferentes emociones y lenguajes. En la meditación previa, forma una imagen y baila “esa imagen”, sé “eso”, conectando la imagen con la respiración, usando todo tu cuerpo o partes de él. Presta atención a cada gesto, cada expresión, cada tensión muscular, quizás algún dolor, investiga qué hay debajo, buscando el diálogo con la memoria guardada en el músculo. Intenta bailar sin coreografías, sin guiones, sin música externa, siguiendo el movimiento de tu propio sonido o silencios. Nos bailes en el cuerpo. Eres un corazón abierto que baila.
MÚSICA
La música está dentro de ti. Cada tejido, cada órgano, tiene su música. Somos una orquesta que no deja de tocar. Vibra en cada célula, entra, sale, la modifica.
Elige una música. Con los ojos cerrados y respirando suavemente, fija la atención en un solo sonido ó instrumento Prueba con dos o más. Hay entradas y salidas, hay curvas, giros, geometría… Haz escuchas variadas, escucha los silencios, ¿que sensaciones te suscitan? ¿Se dirigen a algún lugar determinado de tu cuerpo? ¿Te vienen imágenes?
Entra en la naturaleza, escucha sus sonidos, agua, viento, pájaros, la arena bajo nuestros pies… En la ciudad, incorpora sus ruidos y sonidos, separando y uniendo…
Improvisa instrumentos con objetos variados, compara sus sonidos, sus diferentes tonos. ¿Que imagen te viene? ¿Desde dónde?
Prueba de abrir tu garganta, deja que la voz salga como quiera, repite una frase canturreada como un mantra, una poesía, un nombre. Imagina que tu voz es un torrente de luz y energía que fluye desde el corazón, buscando el espacio infinito, conectándote con él.
ESCULTURA
Con un sencillo trozo de arcilla entre las manos estás con los ojos cerrados. Valora su peso, su olor, su temperatura, su maleabilidad, respirando sin metas. Deja que tus dedos busquen, rompan, rocen, amasen… Prueba con el tacto de otras partes de tu cuerpo, atiende a las sensaciones, si te viene una imagen, abre los ojos y dale forma con el barro. Atrévete a distorsionarla, romperla, rehacerla, cambiarla. ¿Qué pasa en ti cuando lo haces? Observa el cambio sin juicios. Todo se transforma continuamente.
DIBUJAR – PINTAR
Es la actividad que está al alcance inmediato de todos. Un lápiz y un papel o tu dedo dibujando en el espacio o tus ojos siguiendo una línea…
Coge un objeto. Observa su línea, color, gradaciones de luz y sombra, siente su peso, valora el material con que está hecho. Cierra los ojos. Atiende a todo lo que evoca el objeto. Imagina al objeto rodeado de esas evocaciones. Abre los ojos y míralo. ¿Es diferente, verdad? Como si lo viéramos por primera vez. El objeto está “cargado”. Somos concientes del objeto.
Comienza por dibujar los bordes de un objeto. Prueba con tu propia mano y sin mirar al papel, ve siguiendo lentamente el borde de tu mano. Es probable que te sientes inquieto, con malestar por no poder controlar en el papel lo que estás dibujando. Respira, no hay meta, nada que hacer, nada que pensar, solo seguir la línea. Confía y deja fluir. Poco a poco el cerebro izquierdo, se aburrirá y te dejará tranquilo). La línea entra y sale, sube y baja. Se hunde en un surco pronunciado ó se vuelve imperceptible.
Coge un retrato hecho por otro artista o una foto e inviértela. Empieza de arriba a bajo, dibujando las formas de los espacios, observando los cruces de las líneas, las relaciones… Aquí es más ancho… ahora dobla, se une… se separa… El dibujo resultante será el registro de nuestra percepción.
Prueba a dibujar los espacios que hay dentro del objeto ó entre este y el fondo. Como la línea que los delimita es la misma, dibujando el espacio vacío, quedará dibujado el objeto. Y quizás llegarás al mágico momento donde el objeto desaparece y sólo ves “la forma del espacio”.
Con las mismas premisas puedes hacer un retrato. Líneas, espacios, figuras geométricas. Las relaciones entre ellas. El dibujo del fondo. Figura y fondo. De otra manera.
Y si cierras los ojos y “respiras” el rostro que dibujas atendiendo a las sensaciones e imágenes que te vengan… entonces, (y esto queda como final abierto) seguramente estas percepciones ampliadas, irán por la vía de tu mano a las líneas del dibujo y… el rostro del dibujado tendrá algo de nosotros mismos.
Irma Zapponi Missaglia
Médica col. 3248
Homeópata – naturópata – psicoterapeuta – arteterapeuta.
652 204 237
creacioberta@hotmail.com
Bibliografía:
Michael Samuels. Creatividad curativa. Ed. Javier Vergara
Betty Edwards. Aprender a dibujar con el lado derecho del cerebro. Ed. Hermann Blume
3 comentarios. Añade el tuyo!
muy interesate la ersion me gustaria siempre que me envien estos mensajesculturales, estare atenta a mi correo
gracias
Haydee
Gracias Haydee, me imagino que ya habrá visto que incluyendo su dirección de correo electrónico en la casilla que hay debajo del título «Subscríbete por correo electrónico» y pulsando «Subscribirme» recibirá automáticamente todos los nuevos artículos publicados. Gracias por su interés.
Desde mi punto de vida y con mas de cincuenta y cinco años dedicado a las artes,creo que el artículo es válido por donde se lo mire.
en cuanto a las artes plásticas, siempre he recomendado, pedido, a mis alumnos, que no intentaran hacer un dibujo bonito.La obra debe ir armándose sola, pues la propuesta viva es hacer del trabajo una pregunta, es indagar con el material,sonido, color, forma.
Y,lo mas importante aun, es tener la modestia de saber cuando callar, cuando cesar de buscar.
Cientos de obras en una vida, son una sola Obra.
Sed Felices.