A todos los pedagogos, psicólogos, pediatras, etc. les enseñan en las universidades que los niños pequeños no tienen desarrollada la capacidad de discernir, juzgar y pensar. La entidad en el ser humano capaz de aglutinar estas cualidades es el yo. Así, es bien sabido que como el yo está en estos momentos justo germinando, el niñito es incapaz de diferenciar lo externo de lo interno y decidir qué es bueno para él, qué es lo…
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