¿Por qué nos cuesta tanto creer la tan recurrida frase “lo importante es el interior”? Tal vez porque sabemos que no podemos obviar el exterior tan fácilmente.
Muchas veces la gente de nuestro entorno nos advierte simplemente observándonos desde el exterior sobre nuestro estado anímico. Es una buena forma de percatarse sobre como nos sentimos. Por su parte, las flores de Bach también nos advierten pero esta vez, desde nuestro interior. Desde las dos perspectivas podemos trabajar para mejorar y sentirnos bien.
EL EXTERIOR NOS DELATA
¿Cómo podemos saber que una persona está nerviosa? ¿O triste? ¿O como sé que hoy alguien está especialmente feliz?
Sencillamente viéndolo desde el exterior. Probablemente si nuestro jefe se agita de un lado a otro significará que le ronda una preocupación por la cabeza.
Si nos encontramos a nuestro amigo con la comisura labial hacia abajo y la expresión facial pobre, le preguntaremos si se siente triste.
Y ahora, imaginemos por un instante a nuestro vecino acercándose a nosotros con el ceño fruncido y los labios tensos, ¿serán buenas noticias las que traerá? Probablemente no.
En el día a día nos encontramos múltiples situaciones en las que podemos predecir sentimientos y emociones ajenas a través del exterior de la otra persona.
“La mirada es el espejo del alma”, no es una frase en balde. Los seres humanos comunicamos, aún sin quererlo. Y gracias a ello, la gente que nos rodea puede entender nuestro estado de ánimo casi sin articular una palabra.
Tal vez nosotros no nos damos cuenta de la imagen que estamos transmitiendo. Cuando más de una persona coincide en que hace tiempo que nos ven ansiosos, que nos notan tristes o nos preguntan a menudo si estamos preocupados, deberíamos plantearnos si realmente es así.
LAS FLORES DE BACH NOS ADVIERTEN
La función de la gente que nos advierte, y que de algún modo nos hace de espejo, es la misma función que pueden adquirir las Flores de Bach. Cuando las estamos tomando nos empezamos a dar cuenta de conductas que hacemos o emociones que sentimos que ni nos habíamos planteado que estuvieran en nuestro interior.
Un ejemplo esclarecedor:
Marcos sufrió una ruptura amorosa y desde entonces no para en casa. Trabaja bastante y cuando no está trabajando está con los amigos haciendo alguna actividad. Nunca está solo. De un tiempo hacia aquí sus conocidos le dicen que tiene mala cara, se le ve cansado y ha cogido la costumbre de golpear la mesa con el bolígrafo incesantemente, hecho que molesta mucho a sus compañeros de trabajo.
Se le da agrimony (agrimonia) junto con otras esencias y a las 3 semanas Marcos decide pasar la tarde del domingo solo en casa, leyendo. Se empieza a preguntar cómo puede ser que esté aguantando el tren de vida que lleva. Se da cuenta que todo el tiempo y energía que invierte estando ocupado debería invertirlo en superar su ruptura. Y a partir de ese momento empieza el cambio.
En resumen, el exterior puede ser una muy buena fuente de información de todo nuestro mundo interior pero para utilizarlo a nuestro favor debemos darnos cuenta de lo que transmitimos. Por suerte, el Dr. Bach nos dejó su gran legado.
Anna Valls
Psicóloga colegiada 17195
Terapeuta Floral del Dr. Bach
www.annavalls.es