A menudo decimos que queremos vivir sanos y felices y no siempre o casi nunca lo conseguimos. Los motivos creo que están muy relacionados con la manera que hemos aprendido a relacionarnos con la salud y la felicidad.
La salud y la felicidad, aunque parezca que no sea así, están a nuestro alcance pero como hemos aceptado y visto en nuestro entorno que hay que buscarlos fuera de nosotros, fuera sólo encontramos cosas u objetos que, bien utilizados, sí pueden contribuir a ello.
SALUD
En cuanto a la salud, hay que ir dentro de nosotros y aprender a escuchar y sentir lo que nos está diciendo nuestro cuerpo que siempre nos da señales cuando alguna parte no funciona suficientemente fina. Es muy necesario tener en cuenta lo que pensamos, lo que decimos, lo que hacemos, lo que sentimos y cómo nos alimentamos. Según qué tipo de alimento introducimos en nuestro organismo, genera un esfuerzo de manera que el beneficio que se obtiene casi no compensa el esfuerzo que ha supuesto y, por lo tanto, no hemos alcanzado el nivel de alimento y energía que deberíamos. Así, poco a poco intoxican esta gran maravilla que es nuestro organismo.
MIEDO
Otra cosa que no nos permite alcanzar la felicidad plena, son todo el cúmulo de miedos que nos hemos dejado inculcar en nuestro cerebro; el miedo es necesario, nos ayuda a la supervivencia, se muestra como advertencia ante un peligro que pueda afectar nuestra integridad; este miedo es sano y saludable, lo que pasa es que ya desde muy pequeños han intentado educarnos (yo diría domesticarnos) con el miedo del hombre del saco, de la bruja y, incluso, también se han utilizado animales para darnos miedo… Con todos estos miedos hemos ido creciendo y con una mente atemorizada difícilmente tiene cabida la salud y la felicidad. Hemos ido creando o permitiendo nuevos miedos: en el entorno, en los medios de comunicación, en la familia…
APRENDER A AMARNOS
Se trata de hacer el viaje hacia nuestro interior más profundo, veremos, o al menos existe la posibilidad de ver, lo poco que nos amamos, que no sabemos perdonarnos lo que nos parecen equivocaciones, que hay que ser tolerantes con nosotros. Si somos capaces de amarnos, de verdad, todo lo que encontraremos fuera de nosotros será amor, cariño, tolerancia y comprensión. Por el contrario, si no nos amamos, por más besos y abrazos que repartimos, no llegarán a hacer el efecto deseado.
DEJARNOS IMPREGNAR POR EL AMOR Y LA FELICIDAD
Hay que cultivar esta planta divina que es la vida. Somos la expresión de la totalidad universal. Por lo tanto, somos el templo del Universo, aunque pocas veces sabemos respetarnos como tal. Hemos de tomar conciencia cada uno/a a su ritmo, sin prisas. Si hay constancia, nos iremos haciendo nuestra la conciencia que nos irá impregnando el amor y felicidad; los miedos irán desvaneciéndose, el entorno será el mismo pero nosotros lo veremos diferente y no nos afectará ya que cada vez seremos más conscientes de nosotros.
IGNORAR AL EGO
Nuestra mente, o el ego, que es el causante de todas las angustias y temores, poco a poco irá dándose cuenta de que no le hacemos tanto caso, que le escuchamos, y comenzará a aflojar su palabrería, a pesar que de vez en cuando intentará hacernos ver que no vamos bien. Aunque parece que a menudo quiere hacernos creer que nos recomienda encontrarnos con el amor y la felicidad, más cuando ya lo tenemos al alcance, nos dice e insiste en que nuestro camino no es el correcto y nos encamina a acumular posesiones para sentirnos bien y ser felices, y hacia falsos amores, de los cuales, quien más quien menos, tenemos las propias experiencias.
Para empezar a transitar por estos caminos hay que tomar una actitud agradecida a todo el entorno y con nosotros mismos, ahuyentar los pensamientos negativos que sólo sirven para crear angustia y malestar, hacer todo lo posible para tener actitudes altruistas, comprensivas, tolerantes y, por encima de todo, muy amorosos con nosotros que somos la expresión del Universo.
Paulí Boada
Sanador espiritual
Terapeuta de reiki
pauliboada@gmail.com
616355923
972470823