El ser humano no es libre de elegir sus circumstancias pero sí de elegir la actitud que toma con respecto a ellas
Muchas personas están convencidas, y yo estoy totalmente de acuerdo, que al final, cada uno de nosotros encontramos siempre lo que esperamos encontrar en nuestra vida; es una cuestión de actitud…
La actitud es la energia que mueve nuestros pensamientos, y en consecuencia, los sentimientos y conductas. Nosotros podemos elegir en todo momento, delante de determinados hechos que nos sucedan en la vida, tomar una actitud determinada. A partir de ésta elección, nos encontraremos con una realidad u otra que podrán ser completamente dispares.
Dicen que las personas somos lo que llevamos en nuestro interior y que, sin darnos cuenta, esto se transmite a través de la actitud que tenemos ante la vida y ante los demás. Si en nuestro pasado hemos vivido reiteradas situaciones de desengaño (amoroso, laboral, de amistades…), probablemente nuestra actitud será de desconfianza, nos será difícil apostar por los demás de entrada. Si por el contrario, nuestra historia está llena de gente que nos ha aportado mucho y de la que hemos aprendido y establecido lazos estrechos y nutritivos, nos será bastante fácil generar nuevas relaciones en un clima de confianza y seguridad.
TIPOS DE ACTITUD
Podríamos clasificar los diferentes tipos de actitud ante la vida en tres:
–Actitud observadora: se trata de personas que prefieren mantenerse en la posición del espectador, antes que tomar riesgos. Suelen ser negativas y no actúan, siempre prefieren que otros les resuelvan sus problemas.
–Actitud crítica: son las personas que siempre tienen que dar su opinión, expresar sus quejas de todo lo que no les parece bien, de lo que falta… y a menudo son los que cuando el carro se ha caído te dirán por donde tendría que haber pasado… También suelen ser negativos.
–Actitud activa: tienen interés por aprender, por saber más, por comprenderse a sí mismos y a los demás que están a su alrededor, quieren profundizar en sus conocimientos. Saben buscar siempre el lado positivo de las situaciones y se sienten los protagonistas de sus vidas. Saben que tienen el control y tienen claro que cuando algo no sale bien, es una gran oportunidad para aprender de ello. Son positivos y proactivos.
Es cierto que muchas veces nuestra actitud dependerá de varias circunstancias, pero lo que no debemos olvidar es que siempre tenemos la última palabra en la actitud que elegimos para vivir.
¿CÓMO CAMBIAR?
Para modificar y entrenar nuestras actitudes, debemos elegir de manera adecuada los pensamientos y sentimientos sobre todo aquello que nos vaya ocurriendo. Se trata de “desaprender” viejas actitudes que no nos ayudan ni nos favorecen, y aprender otras que sean de verdad potenciadoras y que nos ilusionen, que nos influyan positivamente en nuestra vida. Se puede aprender a pensar en positivo.
Hay una serie de conductas que favoreceran una actitud positiva:
– Ver las situaciones como una oportunidad de aprendizaje
– Utilizar un lenguaje positivo y reforzador: yo puedo, soy capaz…
– Emplear un tono de voz entusiasta y alegre
– Soltar el pasado y dejar de darle fuerza puesto que ya pasó
– No tener miedo al futuro, pues dependerá de lo que haga hoy
¿Con qué actitud acostumbras a moverte por tu vida? ¿te identificas con alguno de estos patrones?
Algunas ideas del post están inspiradas en el libro:
“El próximo minuto”
Luis Galindo y Mario Kogan
Plataforma Actual
ISBN:9788496981850
Sílvia Congost Provensal
Psicóloga – Terapeuta – Coach Personal
Especialista en autoestima y relaciones
www.silviacongost.com